Las Fiestas Patronales y de Moros y Cristianos de Calp vivieron ayer dos momentos tan intensos como la representación de la invasión musulmana desde el mar y la posterior salvación de la villa mediante la milagrosa intervención de su patrón, el Santíssim Crist de la Suor. El Desembarco y el Miracle marcaron el principio y el final de una jornada intensa, en la que la solemnidad de los actos principales favoreció que la fiesta pudiese sentirse en la calle. Por la mañana, las huestes moras trataron de alcanzar la villa desde el mar, poniendo el pie en tierra firme en la playa del Arenal. Como siempre, la recreación de la batalla en la misma playa, con sus habituales disparos de arcabucería y festeros a caballo, permitió contemplar un gran espectáculo.

No obstante, el momento más importante y emotivo de las Fiestas de Calp llegaría a primera hora de la noche, con la escenificación del Miracle. Según la tradición, el vecino de la localidad apodado Caragol impidió en 1744 otra invasión musulmana, con el traidor Moncófar al frente, al lograr cerrar las puertas de la muralla calpina con la intercesión del Santíssim Crist de la Suor. Pepe Toni Ripoll y Antoni Baydal interpretaron a los protagonistas de este singular acto central festero, declarado de Interés Turístico Autonómico.