Dénia quiere un D*na cada año. Pero el padre de la criatura, el chef tres estrellas Michelin Quique Dacosta, no lo tiene tan claro. El festival gastronómico se celebró por primera vez en 2017. Se concibió como bianual. Pero fue tal su éxito que este año ha vuelto a organizarse (tuvo lugar los días 29 y 30 de septiembre). Y otra vez ha dejado números espectaculares. Unas 20.000 personas recorrieron los expositores instalados en el paseo de la playa de la Marineta Cassiana y escucharon a los grandes chefs desvelar cuál era su producto fetiche. Se sirvieron 21.600 tapas cada día. Y el impacto económico en la ciudad se ha cifrado en un millón de euros. Los hoteles llenaron ese fin de semana.

Pero Dacosta se lo piensa. No quiere bajar el listón. Ayer subrayó que el secreto del éxito del D*na estriba en la calidad. Teme que esa urgencia de montar cada año un festival gastronómico de esta dimensión le reste brillo. La incógnita de si habrá D*na en 2019 sigue, por tanto, sin despejarse.

El chef subrayó que la participación de los restauradores y productores de Dénia es «fundamental». El festival es un escaparate para que los artesanos, pescadores y hosteleros de la ciudad y de la Marina Alta muestren sus productos al mundo. «Lo más importante es dejar patente que la Ciudad Creativa de la Gastronomía de la Unesco no es casualidad, sino que detrás hay muchísimas personas trabajando», advirtió Dacosta.