El Jayan de Xàbia es un símbolo del cine y la cultura. Es la última sala de las de siempre. Resiste. Más que eso. Reivindica el cine en versión original (ha descubierto ahí un filón inesperado), las películas independientes y de autor y es un templo para los cinéfilos de la Marina Alta. Ahora el viejo cine, que Jaime y Angelita (sus nombres forman el acrónimo Jayan) abrieron como terraza en 1959, está en obras. Cerró el pasado 11 de septiembre. Y reabrirá a finales de este mes.

«La reforma se está alargando más de lo que esperábamos. Ahora mismo hay 20 personas, entre electricistas, obreros o decoradores, trabajando allí», comentó ayer Antonio Catalá, quien junto a su familia regenta esta histórica sala. El Jayan es más que un negocio singular. Es excepcional. Sin embargo, las nuevas normativas obligan a acometer reformas y más reformas. En junio, sus propietarios ya cerraron una semana para abrir una puerta de emergencia en la pared que hay detrás de la pantalla. El cine contaba con dos butacas para personas con problemas de movilidad, que accedían sin problemas por una puerta lateral. Pero, ahora, deben hacer nuevas rampas. También, como medida de prevención de incendios, tuvieron que instalar en la terraza dos depósitos de agua con capacidad para 12.000 litros. Y eso que en la puerta del cine hay un hidrante. Les tocó reforzar la estructura.

La familia, ya metida en obras, ha decidido reformar la fachada y todo el vestíbulo. Cambiará la decoración, pero sin perder la esencia. Y ya se ha abierto una ventana al exterior para la taquilla, que antes estaba dentro. En 2003, los propietarios ya realizaron una gran reforma. Cambiaron la pantalla, las butacas y los proyectores.

Este cine tiene otra singularidad más. Cuenta, en el mismo edificio, con una sala convencional y una terraza de verano. Catalá destaca que el público más fiel son los residentes británicos. De martes a jueves (a veces también el viernes), el Jayan proyecta un filme en versión original. «Este verano una de esas espectadoras fieles me pidió que proyectáramos en la terraza en inglés Mamma mia! Le dije que ellos acostumbran a venir a las ocho de la tarde y en la terraza las películas las ponemos a las diez. Pero probamos y fue un éxito», apuntó Catalá.

Los fines de semana son para los estrenos y el cine comercial. El domingo toca cine independiente y de autor, pero ese día se proyecta en versión doblada. El lunes se pasa la misma película en versión original.