Por una vez, al Ayuntamiento de Xàbia le ha venido bien que un contribuyente se haga el remolón a la hora de pagar una tasa. El promotor que quiere construir un restaurante en la última parcela virgen de la primera línea del Segon Muntanyar de Xàbia midió bien el momento de pedir la licencia. Lo hizo la tarde del 30 de mayo de 2017. Horas después se hizo pública la versión preliminar del nuevo plan general estructural, que ya protegía ese suelo.

El consistorio dio licencia. Y cuando se enteraron los vecinos del Segon Muntanyar se echaron las manos a la cabeza. Un restaurante (o chiringuito) rompería la tranquilidad de un litoral residencial en el que no hay negocios de hostelería.

El alcalde, ante el malestar vecinal y la incompatibilidad de la nueva ordenación urbanística con esa actividad de restaurante, pidió que se revisara con lupa todo el expediente administrativo. Y bingo.

Una cosa es pedir la licencia y otra pagar las tasas. Y el promotor apoquinó el 22 de junio, cuando ya se había iniciado la participación pública del nuevo plan estructural. El pleno había aprobado suspender durante dos años licencias y acuerdos de programación en «aquellas zonas en las que la nueva ordenación no es compatible con la antigua». El ayuntamiento recuerda ahora que el requisito esencial para tramitar un permiso es abonar las tasas. Y ya ha iniciado los trámites para revocar esta del Segon Muntanyar.

Ahora dará audiencia al promotor. La anulación de esta licencia se llevará a pleno. Xàbia ha salvado in extremis la última parcela que queda sin construir en la playa de piedra tosca del Muntanyar.