Los chefs te abren su corazón. Sí, porque desvelar su producto fetiche, el ingrediente supremo de su vademécum gastronómico, es mostrarse sin trampa ni trampantojo. El producto es la verdad. El cocinero con tres estrellas Michelin Quique Dacosta, alma máter del festival gastronómico de Dénia D*na, lanzó el reto a sus colegas. El certamen que ayer comenzó en el paseo de la playa de la Marineta Cassiana es un homenaje al producto. Y allí están los chefs de más nombre y también los de terruño descubriendo el arcano de su cocina. En la jornada de ayer, Elena Arzak, la mejor cocinera del mundo, hizo una loa al chipirón, su producto fetiche. Oriol Castro, del Disfrutar de Barcelona, confesó que está rendido a la espardeña. Pepe Solla, de Casa Solla, de Poio (Pontevedra), reconoció que su debilidad es el pescado.

La nómina de cocineros que Dacosta ha enrolado para el D*na es de impresión. Hoy les toca a Pepe Rodríguez, de El Bohío de Illescas, en Toledo, y juez de Masterchef, que hablará de la suculencia. El chef malagueño Dani García revelará su amor por el atún. Ricardo Muños Zurita, del Azul Histórico de México DF, se declarará forofo del chile.

El D*na es también un festín abierto al mundo. La Marineta Cassiana se llenó de un público que se relamió con las delicias de la gastronomía de Dénia y la Marina Alta. Es un lujo sentarse acodado en el rompeolas (se monta una gran barra de 300 metros) y saborear y mirar. El fetiche de este festival es el Mediterráneo. Entra por los ojos. «El leitmotiv del D*na es celebrar», afirmó ayer Dacosta. Y las celebraciones en el Mediterráneo son, desde la antigüedad, al aire libre y en plan francachela. Dénia es ciudad creativa de la gastronomía de la Unesco y referente de la dieta mediterránea.

Presente en la cita, el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, aseguró que el D*NA «posiciona a la Comunidad como destino gastronómico de primer nivel».