La marina alta estuvo ayer en alerta naranja por fuertes lluvias, sin embargo cayeron escasas cuatro gotas, que sirvieron para limpiar los coches y enfriar un poco el ambiente. En Dénia, esa fina lluvia estuvo acompañada de una tormenta y uno de los rayos que cayó en un vivero encendió todas las alarmas. Ardieron 17 palmeras y obligó a los bomberos del parque comarcal a emplearse a fondo para extinguir el fuego y que no se extendiera a los terrenos vecinos. Pese a las nubes, los turistas esperaron pacientemente en la playa, el calor acompañaba a bañarse, y nada más abrirse el cielo e irse las nubes que amenazaban, comenzó a llenarse de nuevo. Querían aprovechar los últimos coletazos del verano y que el agua del mar todavía no se ha enfriado. Las previsiones apuntan a que mañana domingo volverá a activarse la alerta por lluvias.