Tocó el cielo de la política con su victoria electoral en 2011 (su partido, el PP, sacó ayer pecho y dijo que fue la alcaldesa más votada en la historia de la democracia en Dénia) y quizás también cuando era todavía una bisoña concejala de Fiestas y Juventud y trajo a la ciudad en agosto de 2002 a Chayanne, el artista de aquel verano con su pegadizo «Torero».

Ana Kringe, que llegó a la alcaldía en 2008 con una moción de censura apoyada por un tránsfuga socialista y que estuvo en el cargo hasta las últimas elecciones, las de 2015, cuando el más votado fue Vicent Grimalt, del PSPV, se ha despedido sin vuelta al ruedo. No ha habido guiño a Chayanne. Su adiós a la política ha sido discreto. Ayer dimitió de concejala. Pero, en realidad, llevaba fuera de la corporación desde que cedió el liderato del partido a su compañera María Mut. No se prodigaba por los plenos. Su renuncia estaba cantada.

Su partido le agradeció sus 19 años de concejala en Dénia. Empezó en Nuevas Generaciones. Y luego ocupó cargos en el Patronato de Turismo de la Costa Blanca que le han traído más problemas que otra cosa (declaró como imputada en el caso Fitur). Sus comprometidas conversaciones con Alejandro de Pedro, el conseguidor de la trama Púnica, también le han pasado factura política.

Pero Kringe atribuyó su renuncia a «motivos laborales y profesionales». Y su partido desveló que la exalcaldesa «aparca su verdadera vocación», la política.