La cala Sardinera de Xàbia es la Gran Vía. La Gran Vía Náutica. La hora punta llega a las 14 horas. El mar está hasta los topes. El tramo costero de la Cala Blanca y la Sardinera se convierte en un concurrido «aparcamiento» de yates, veleros y barquitos de esloras más humildes.

El ayuntamiento, ante esta invasión de la náutica de recreo, ya reforzó aquí las boyas de fondeo. Hay 62. Evitan que las embarcaciones arrojen el ancla y dañen los fondos marinos y, sobre todo, la posidonia oceánica.

Pero las boyas se quedan cortas. Aquí se juntan en los días fuertes de agosto entre 200 y 300 barcos. El litoral de calas y acantilados de Xàbia (de la playa del Arenal a la Granadella) atrae esos días de furor marinero a un millar de embarcaciones. La náutica avanza imparable. A toda máquina.

Todavía ayer, cuando agosto ya declina, la Sardinera era un festival náutico. El mar, de tan en calma, espejeaba. Un lujo.

Este tramo costero está protegido del viento y las corrientes por el Cap Prim. Las páginas web de náutica lo recomiendan. Lo describen como «lugar paradisiaco». La Sardinera es la Meca del turismo náutico.

Es frecuente que dos y tres embarcaciones se abarloen. Las tripulaciones saltan de borda en borda. Desde las playitas de roca y grava de la Cala Blanca y la Sardinera se escucha la algarabía de la tropa marinera. La masificación turística también llega ya al mar. Se suman, además, las flotillas de motos acuáticas.

El auge de la náutica ha disparado este verano los rescates. Sólo la embarcación Salvamar Diphda, de Salvamento Marítimo, ha tenido que acudir a remolcar en este mes a unas 30 embarcaciones en apuros. Cuando interviene Salvamento Marítimo, es porque las tripulaciones están en riesgo. Los clubes náuticos y las empresas dedicadas a este sector también han remolcado a embarcaciones averiadas. La siniestralidad en el mar aumenta. Es normal. Si hay más embarcaciones, también hay más accidentes.

El naufragio más espectacular ocurrió en el Portitxol, frente a la cala de la Barraca. Se hundió un yate de lujo de 19 metros de eslora que sufrió una vía de agua al chocar contra las rocas del fondo marino. Otras dos embarcaciones encallaron en el Primer Muntanyar y la playa de la Grava. Esta semana se incendió un barco y sus 6 tripulantes saltaron al agua a toda prisa.