El Saladar de Xàbia, un antiguo humedal que está en segunda línea del litoral del Muntanyar y a un paso de la playa del Arenal, esquiva el nuevo boom urbanístico. Los propietarios de estos terrenos (casi medio millón de metros cuadrados que en el PGOU de 1990 tienen la calificación de urbanizables) han intentado sacar adelante un Programa de Actuación Integrada (PAI), que, aunque adelgazado respecto a la primera propuesta de 1.750 apartamentos, todavía impresionaba. El último proyecto preveía mil viviendas, dos hoteles de lujo, una ciudad del deporte y un bulevar que debía canalizar las inundaciones de esta vaguada en la que desaguan los barrancos del Tossalet.

El Ayuntamiento de Xàbia, gobernado por PSPV y Compromís, ha rechazado ahora este PAI. El alcalde, José Chulvi, del PSPV, firmó el pasado día 8 el decreto que desestimaba tramitar un programa urbanístico que se presentó por primera vez en 1999 (entonces el problema de las inundaciones se resolvía con un lago artificial).

El munícipe se atiene al informe del arquitecto municipal, quien advierte de que en el nuevo plan estructural estos terrenos se califican como zona rural protegida. Incide en que el proyecto subestima el riesgo de inundación al describir lo que allí ocurre cuando llueve como un «encharcamiento ocasional». El arquitecto municipal asegura que este PAI no cumple en cuanto a crecimiento de suelo residencial las premisas de la Estrategia Territorial de la Comunitat Valenciana.