Renovadora de la pedagogía, pionera en 1922 en introducir el valenciano en la escuela, feminista y luchadora. Amparo Navarro Giner tiene un mérito más: se ganó la estima de los vecinos de Murla, el último pueblo en el que fue maestra. Falleció el 24 de diciembre de 1986 en València, la ciudad en la que había nacido 86 años antes. Pero Murla no olvida la gran labor pedagógica, cultural y social que Ampara Navarro desempeñó en este pequeño pueblo. Una de sus contribuciones fue la de componer el himno de Murla. El pleno la nombrará mañana jueves hija ilustre. Luego se destapará una placa con su nombre en un parque infantil. El homenaje surge de una moción que presentó el portavoz del PSPV, Jaume Riera. El pleno la aprobó por unanimidad. Murla se compromete a reivindicar el legado de Amparo Navarro, una renovadora de la pedagogía que se especializó en la enseñanza a alumnos con discapacidad. En 1922, en la asamblea de la asociación Nostra Parla, esta maestra ya abogó por que el profesorado supiese valenciano y lo introdujera en la enseñanza. Sufrió la represión del franquismo (estuvo tres años presa) y hasta 1962 no fue readmitida en la carrera de magisterio. Sus últimos destinos fueron Albalat dels Sorells y Murla, pueblo que ahora reconoce su compromiso con la educación y las libertades.