Al triángulo de la gran obra arquitectónica de Ricardo Bofill Levi en Calp le falla uno de los vértices. La Muralla Roja y el Xanadú, edificios que caminan hacia la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), son grandes hitos de la arquitectura residencial. El triángulo lo completa el club social de la Manzanera. Es cierto que hay otras obras del Ricardo Bofill Taller de Arquitectura (RBTA), como el Anfiteatro, que agrandan el interés de este tramo litoral de Calp. Pero están un escalón por debajo de las tres citadas.

El club social es el vértice que hace agua. Abandonado hace más de 30 años, es una ruina y ahora también un basurero. En su interior, se acumulan desperdicios. La antigua cocina y uno de los salones sufrieron un incendio hace años.

En las ruinas, todavía se adivina algo del antiguo esplendor de esta construcción que ocupa 2.247 metros cuadrados de dominio público marítimo terrestre. Pero la basura revela dejadez absoluta. El club social se ha convertido en un foco de contaminación.

El actual equipo de gobierno de Calp, del PP, tiene entre ceja y ceja recuperar este edificio emblemático. Ha logrado que la Dirección General de Costas le dé una concesión por 15 años prorrogable a 30. Ya hay proyecto para restaurar el club social. La rehabilitación se hará siguiendo los planos de Bofill. Además, el objetivo es recuperar todo este deteriorado frente litoral. Se creará una pasarela peatonal que unirá la cala de la Manzanera con el imponente club de piedra.

Pero las obras se antojan complicadas. El mar ha socavado la construcción. La rampa del embarcadero está suspendida en el aire, al igual que una de las principales escalinatas. Las piscinas están reducidas a cascotes. Toda la plataforma de hormigón donde se alzaba el club social, una estructura de piedra integrada en el acantilado y que sorprendía por sus grandes óculos u ojos de buey (un guiño náutico), está resquebrajada. Queda ruina y basura.