Dos misterios desvelados al mismo tiempo: el del hallazgo en diciembre de 2017 de un cadáver momificado en una partida rural de Benissa y el de la desaparición de un ciudadano holandés denunciada por su familia en octubre de 2016 en Ámsterdam. La Guardia Civil ha encajado ahora todas las piezas del puzle.

Hasta ahora esos dos hechos no se habían relacionado. Tampoco había trascendido que, a finales de 2017, la Policial Judicial de Calp encontró en la partida rural de Sant Antoni de Benissa un cuerpo momificado. El hallazgo se produjo después de que un perro llegara a casa de su dueña con un hueso. La mujer, osteópata, se alarmó al descubrir que era una tibia humana. La Policia Judicial de la Guardia Civil rastreó las zonas próximas y halló el cadáver, que no presentaba signos de violencia. Pero quien quiera que fuese no llevaba cuando murió ninguna documentación encima. La Guardia Civil revisó el registro de desapariciones y ninguna coincidía con la de un hombre de unos 60 años y que (hecho que luego se ha revelado clave) no tenía dientes. La investigación entró en una vía muerta.

Mientras, en Holanda, una familia buscaba a uno de sus miembros, Peter Mulder, que entonces, en 2016, tenía 63 años. Residía en Benissa y se lo había tragado la tierra. La familia presentó en Ámsterdam en octubre de 2016 una denuncia por desaparición. Inexplicablemente, la policía de aquel país no se puso en contacto con la española.

Sin embargo, la familia siguió su búsqueda. Difundió en foros de Holanda de búsqueda de desaparecidos la fotografía de Peter Mulder, así como detalles físicos muy concretos, como su altura, el color de pelo y ojos y los tatuajes que se había hecho en su cuerpo.

Finalmente, los familiares han decidido llevar sus pesquisas a Benissa. Cruzar los datos ya era cuestión de tiempo. La Policía Judicial de Calp sospechó que esa desaparición podía estar relacionada con el cadáver momificado hallado en un bosque de la partida de Sant Antoni de Benissa. La familia confirmó que Peter Mulder había perdido todos los dientes y no llevaba dentadura postiza. Todo encajaba. Luego las pruebas de ADN confirmaron que los restos humanos hallados en diciembre de 2007 son los de este residente holandés.

Lo más probable es que Mulder saliera a pasear un día indeterminado de 2016 y falleciera de causa natural. Vivía solo y, en principio, nadie lo echó en falta. Muchos residentes pextranjeros de avanzada edad sufren una extrema soledad. Pero su familia sí se preocupó cuando pasaron semanas y meses y Peter no daba señales de vida.