Hay turistas que son incorregibles. El Ayuntamiento de Xàbia colocó a primera hora de ayer bolardos de plástico en dos tramos de la calle de acceso a la cala de la Barraca. Una línea amarilla y las señales indicaban con claridad que está prohibido aparcar en esas cunetas. Pero algunos bañistas hacían caso omiso. El consistorio, cuyo alcalde, José Chulvi, como avanzó Levante-EMV, ya ha anunciado que el próximo verano se cerrará a los coches esta cala, no podía permitir que los coches mal estacionados colapsaran la calle. Un informe policial advierte de la masificación del vial y de las dificultades de acceso de las ambulancias y otros vehículos de emergencias.

Pero los bolardos no fueron suficiente. La policía local tuvo que acudir con la grúa para retirar dos coches que aparcaron donde estaba estos pivotes y que incluso los doblaron. Se llevaron los coches y dejaron a los dueños el aviso de que debían ir a recogerlos al depósito.

Los agentes han multado a unos cien coches al día en la Barraca por estacionar en zonas prohibidas. Pero ni por esas. No hay formar de meter en vereda a los conductores que dejan el coche en el primer hueco que encuentran y que hacen caso omiso a las señales.

En Dénia ocurre tres cuartos de lo mismo. Un vehículo de la policía local impedía en la mañana de ayer que los turistas se colaran en coche en la calle Vía Láctea, que es la que lleva al inicio de la senda de la Cova Tallada y a la Torre del Gerro. En la entrada a esta calle hay una señal que deja claro que sólo se permite el acceso a los residentes. Sin embargo, quienes pretendían aparcar en el vial para hacer la excursión hasta la cueva litoral preguntaban incluso a los agentes que por qué no podían pasar. La policía no quiere que este vial quede colapsado. Es clave para evacuar en ambulancia a accidentados en la Cova Tallada. Además, en esta zona ya han ocurrido en los últimos años dos incendios. La calle debe estar expedita para posibles desalojos y para los bomberos.

El litoral más agreste de la Marina Alta (las calas y las grutas litorales) está de moda. Pero los turistas son contradictorios: quieren disfrutar de estos parajes naturales y llegar lo más lejos posible con sus coches.