El sistema público de préstamo de bicicletas ha sido en Dénia un fiasco. En 2009, la empresa Cyma-Señalia Mobiliario Urbano, S. L., logró la concesión administrativa para la ocupación privativa del dominio público municipal mediante la instalación de soportes de información, marquesinas y otros elementos análogos. Esta firma compitió con otras tres. Se llevó el gato al agua al obtener la máxima puntuación en las «contraprestaciones en especie» que ofrecía al ayuntamiento. Y la gran «contraprestación» era poner en marcha un servicio público de préstamo de bicicletas. En otras ciudades, ese sistema funcionaba sobre ruedas.

Pero en Dénia la bici pública no ha hecho camino. El ayuntamiento ha desmantelado las únicas seis estaciones que la concesionaria ha puesto en marcha en 9 años (y una estaba fuera de uso por el vandalismo). El servicio se ha cerrado sin que llegara a despegar. La concesionaria se bajó pronto de la bici. Invirtió 34.878 euros en crear el sistema de alquiler. Pero luego debía destinar por contrato otros 140.027 euros a ampliar las estaciones (la idea era crear 26 y la red debía llegar a les Rotes y les Marines) y otros 480.000 al mantenimiento durante diez años de un sistema moderno y atractivo de transporte en bicicleta.

Pero las inversiones no llegaron. Y a los vecinos esa red incompleta de bici pública no les seducía ni les resultaba útil.

El edil de Seguridad, Javier Scotto, ha atribuido la decisión de cerrar el servicio a su escaso uso social. La estrategia integral de la bicicleta en Dénia confirmaba que el alquiler público no se había consolidado ni de lejos como una alternativa de transporte en la ciudad. Pero también revelaba que el 91 % de los vecinos pide más movilidad en bicicleta. Ahora, al cerrarse el alquiler público de bicis, la concesionaria «compensa» instalando aparcabicis. Pero no era ese el compromiso contractual.