L´escaldà se ha ganado el reconocimiento, la protección. El pleno del Consell aprobó ayer la declaración de este proceso agrícola tradicional como Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial. La técnica milenaria de transformar la uva de moscatel en pasa ya tiene la condición de patrimonio protegido. El expediente lo inició hace cuatro años Jesús Pobre y luego se sumaron todos los ayuntamientos de la Marina Alta y también otras comarcas valencianas donde se escaldaba la uva y se dejaba secar al sol sobre cañizos para convertirla en pasa, como la Marina Baixa, la Safor, la Vall d´Albaida, la Ribera y l´Horta Nord.

La anhelada declaración de BIC Inmaterial es, sin embargo, un primer paso. Ha desempolvado la historia de la pasa, que tuvo su época dorada en el siglo XIX cuando del puerto de Dénia salían cargamentos con destino a Inglaterra y América. Ahora el reto es trascender el folclore.

L´escaldà renace como fiesta. También hay familias (pocas) que por tradición mantienen vivo este ritual agrícola. Pero hace mucho tiempo que la pasa de la Marina dejó de tener mercado. Ahora es un producto a reivindicar. La comarca presume de gastronomía de raíz. Es el momento de rescatar la pasa. Es tradición, historia y paisaje, ingredientes básicos en la cocina de la nueva generación de chefs. La pasa es un manjar a recuperar. Su dulce sabor evoca la infancia. Tras el BIC, toca dar valor comercial al producto.