El tren construye consensos en la Marina Alta. Los turistas críticos con el cierre a los coches de la cala de la Granadella de Xàbia, una de las más bellas de la Comunitat, se han dejado convencer. El argumento invencible es el del trenet. El pasado año, el primero que se bajó la barrera en la carretera que baja a la playa, el ayuntamiento puso en marcha un autobús gratuito alternativo. Faltaba el toque pintoresco. El bus es tan cómodo y fresquito (tiene aire acondicionado) como insípido. Subirse a un trenecito que culebrea por la estrecha y virada carretera de la Granadella sí tiene gracia. A los bañistas les ha seducido. Y cuando les dicen que el viaje es gratis ya se rinden del todo al tren.

El trenet de la Granadella funciona a toda máquina. La barrera se baja a las 11 horas. Ya no entran más coches (hasta esa hora ya los hay aparcados hasta bien arriba del vial que sube en zigzag desde la cala). Y el tren hace el primer viaje. Sin embargo, estos días el cierre a los coches se adelantará incluso a las 10 horas. Los vagones tienen capacidad para 48 viajeros. A los niños les maravilla. «Es toda una experiencia. Todos nos lo pasamos bomba», comentó ayer una bañista que se subió al tren con su pareja y sus hijos.

El único problema es que el tren va al trantrán. Tarda unos 45 minutos en volver al coqueto andén que ha montado el ayuntamiento (hay un techado, un panel que explica la singularidad botánica y paisajística de la Granadella y otro cartel con consejos para hacer una Xàbia más sostenible). Por eso también funcione un minubús de 24 plazas que baja a la cala y regresa en 20 minutos.