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El sucio rastro de las pintadas en la Cova de l´Aigua

Los grafitis han deteriorado el aljibe construido en el siglo XVI en la vertiente de Dénia del Montgó

Si algo tienen de bueno los móviles y los selfis en la montaña (aparte de que se puede pedir ayuda en caso de accidente) es que los turistas ya no caen en la tentación de estampar su nombre en cimas y lugares de gran belleza. Ahora se toman una foto y ya queda constancia de que allí han estado ellos. Antes existía la fea costumbre de hacer una pintada con los nombres. Enclaves extraordinarios han permanecido durante décadas repletos de grafitis. Poco a poco, ese sucio rastro se ha ido borrando. Pero todavía quedan lugares donde esa manía ha causado un importante deterioro.

Uno de ellos es la Cova de l´Aigua del Montgó, una cavidad que guarda un aljibe construido en el siglo XVI, una notable obra hidráulica. Los senderistas son hoy más respetuosos. Les basta con tomarse una foto para inmortalizar así la «hazaña» (es una de las rutas más asequibles del Montgó) de subir a esta gruta de la cara norte, la de umbría y la que mira a Dénia, del parque natural.

Durante décadas, los excursionistas marcaron con sus nombres y la fecha las paredes del aljibe y las rocas de la cueva. Hay cientos de nombres. Y no sólo están pintados, sino también grabados a cuchillo. Las fechas delatan que esta fea práctica ha estado viva hasta no hace mucho, con algunas realizadas en 2012 y 2013.

La Cova de l´Aigua es uno de los lugares más extraordinarios del Montgó. El agua de lluvia se filtra e inunda la cavidad. Guarda una inscripción del año 283 realizada por soldados romanos de la Legión VII Gemina. El destacamento militar vigiló desde esta atalaya Dianium y todo su litoral. Además, protegió el depósito natural de agua del Montgó, entonces y ahora estratégica.

Pero incluso ese vestigio histórico corrió el peligro de perderse por las pintadas. Se tuvo que proteger con una cancela de metal.

La Cova de l´Aigua también atesora especies botánicas de gran valor, como la endémica «herba santa» (Carduncellus dianius), que sólo crece en el Montgó e Ibiza.

A los excursionistas, por suerte, ya no les da por dejar su huella en la Cova de l´Aigua. Pero el rastro de décadas de estampar nombres ensucia uno de los enclaves con más historia y valor del parque natural del Montgó.

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