Orba retiró el pasado mes de febrero todos los contenedores de sus calles e inició un innovador sistema de recogida selectiva de residuos puerta a puerta. Además, el municipio transforma su basura orgánica en «compost» de calidad. Esos cambios dan sus frutos. Orba ya envía menos del 15 % de los residuos que generan sus vecinos al vertedero. Ha superado con creces el objetivo europeo de reciclar en 2020 al menos el 50 % de la basura. Este pueblo de 2.000 habitantes ha multiplicado desde febrero por seis su tasa de reciclaje. Y las calles están libres de los poco estéticos y, a veces, malolientes contenedores.