Sí, un arroz para volverse carabassa, para perder la cabeza. Rachida, la cocinera del bar Ca Vicent de Pego, no necesita ni pucheros ni cacerolas. Hornea el arroz bomba dentro de una calabaza. Es, sin duda, una de las propuestas más originales de la semana gastronómica que el municipio dedica al arroz bomba que se cultiva en la Marjal. El propietario de Ca Vicent es Vicent Espinós.

Su esposa, Rachida, nacida en Marrakech, interpreta la cocina tradicional pegolina, la sazona con influencias marroquíes. «El truco para suavizar el sabor dulce de la calabaza y que el arroz no esté demasiado dulzón es ponerle bastante embutido y carne», explicó ayer. Rachida logra el equilibrio perfecto. La calabaza liga de maravilla con el arroz al horno. El recipiente no puede ser más original.

Esta semana gastronómica del arroz bomba de Pego ensalza la cocina más clásica, la de la crosta, el putxero o la paella, y permite a los chef lanzarse también a experimentar. El arroz que nace en la Marjal da mucho juego. Inspira recetas que, por sabrosas y originales, son para volverse carabassa.