A dentellada limpia cuando hay temporal y a mordisquitos día a día. El mar se come la cala del Tangó de Xàbia. Más que eso. La socava. La plataforma de piedra sobre la que está la terraza del bar de toda la vida se está quedando en el aire. Ya se ve una oquedad considerable. El mar avanza. Se ha tragado la playita de grava y ahora le hinca el diente a la piedra.

El Tangó sufre una imparable erosión. El acantilado también se desintegra. Las redes de acero colocadas por Costas hace ya una década están hechas jirones. El incendio que en septiembre de 2014 devastó 444 hectáreas de la Plana y el cabo de Sant Antoni (parajes ambos del parque natural del Montgó) ha acelerado los desprendimientos en estas laderas. Incluso han rodado y caído al mar pinos calcinados.

Este tramo litoral, uno de los más bellos de la costa valenciana, parece que no se salva de ninguna desgracia. Tras el incendio, llegó el destructivo temporal de enero del pasado año. Partió el arranque de la escollera de Levante del puerto y destrozó el pequeño mirador que, creado por la Dirección General de Puertos de la conselleria de Obras Públicas, se asoma a la desaparecida cala del Tangó y a la reserva marina del cabo de Sant Antoni. Quince meses después de la tempestad, todo sigue igual. El mirador, que ha quedado agrietado y suspendido en el aire, estuvo cerrado hasta hace poco. Ya no hay precinto. Los turistas se asoman sin saber que debajo de sus pies y de la solera de hormigón no hay nada; está hueca.Obras en el dique

La Dirección General de Puertos planteó reparar el dique y el mirador por la vía de emergencia. Pero pronto cayó en la cuenta de que este tramo litoral forma parte de la reserva marina del cabo de Sant Antoni, que, a su vez, pertenece al Montgó. Consultó a la conselleria de Medio Ambiente sí antes de iniciar los trabajos debía efectuarse un informe de impacto ambiental. Este organismo le dijo que sí era preceptivo e inició la redacción de ese documento. Ahora las obras ya se licitarán por procedimiento ordinario.