El arte valenciano contemporáneo al desnudo. Una sala llamada Ambolo, el nombre de la cala nudista de Xàbia, revolucionó hace 50 años muchas cosas. Abrió en el 68, el año del mayo francés. Xàbia ya respiraba cultura hippie (el movimiento campaba a sus anchas en la Plana del Montgó) y el turismo extranjero traía aires de aperturismo. El franquismo daba sus últimos coletazos (terribles coletazos). La libertad era imparable y un síntoma claro fue la apertura de la «sala de arte Ambolo», que fue la primera galería de Xàbia. Su artífice (palabra emparentada con arte), Tomás Ruiz Company.

Ambolo se convirtió en una ventana al arte contemporáneo valenciano. Tomás Ruiz apostó por los artistas emergentes. También organizó exposiciones del arte español más sobresaliente de aquel momento. En 1972, expuso una colección de dibujos de Pablo Picasso. Fue un hito cultural en Xàbia. «Algunos ataques ultras sí recibimos entonces. Había quien no quería que trajésemos obras de un artista enfrentado al régimen», recordó ayer Tomás Ruiz, quien no se arredró y tuvo claro que esta galería era un espacio de libertad artística y modernidad.

Este promotor cultural empezó entonces a reunir una colección magnífica. Ahora, al cumplirse ese medio siglo de la sala pionera y cerrada hace ya muchos años, este apasionado del arte ha decidido mostrar al público las obras que ha ido atesorando. Hasta el próximo 22 de abril se exponen en la sala municipal de la Casa del Cable. La muestra lleva por título «una mirada al arte contemporáneo valenciano». Es atinado. Los creadores más notables están aquí. Hay obras de Miquel Navarro, Andreu Alfaro, Josep Renau, Carmen Calvo, Juan Genovés, Joan Castejón, Uiso Alemany, Rafa Armengol, del Equipo Crónica o del Equipo Límite.

La comisaria de la muestra es Marta Ruiz Espinós, hija de Tomás, que destaca que la sala Ambolo «fue el germen y el inicio de una colección rigurosa y coherente de arte contemporáneo».

Tomás Ruiz siempre ha tenido buen ojo para detectar por dónde iban los tiros del arte más moderno y rompedor. Como galerista y como coleccionista, supo ver qué artistas planteaban propuestas realmente nuevas y originales. Esta exposición confirma su intuición para descubrir el talento.