El yacimiento íbero de l´Alt de Benimaquia toma forma. Datado en el siglo VII antes de Cristo, los arqueólogos hallaron en este promontorio del Montgó los vestigios de uno de los primeros lagares de vino de la Península (y del Mediterráneo occidental) y miles de semillas de uva. La actividad vinícola llegó con la colonización fenicia.

La fortificación íbera de l´Alt de Benimaquia se ha reconstruido ahora pero sin tocar una piedra. Es, claro está, una recreación virtual. El sábado empieza un ciclo de visitas guiadas organizado por la entidad local menor de la Xara y la delegación de Cultura de Dénia. Se realizarán hasta el 8 de abril. Estas visitas y la edición de un excelente folleto que recoge artículos de todos los arqueólogos que han excavado el yacimiento y del director del museo arqueológico de Dénia, Josep A. Gisbert, permiten mirar las piedras de l´Alt de Benimaquia con otros ojos.

Los dibujos y alzamientos topográficos que reconstruyen el yacimiento ayudan a vislumbrar su muralla, sus robustos torreones y los lagares en los que ya se pisaba la uva y se hacía vino que luego se transportaba en ánforas por el Mediterráneo.

El arqueólogo de Dénia indicó ayer que también hay una propuesta para instalar monolitos explicativos en el inicio de las dos sendas que llevan a l´Alt de Benimaquia, la que comienza en la Xara y la que arranca de la urbanización Marquesa VI. Abogó por enlazar este yacimiento con los del Coll de Pous y la Penya de l´Àguila. Los tres están vinculados.

Gisbert defendió esa «recreación» del yacimiento sin tocar una piedra, ya que la instalación de pasarelas o barandillas implicaría un impacto visual en una elevación del Montgó de gran valor paisajístico.