El titular del juzgado de instrucción número 3 de Dénia ha dictado una orden de alejamiento para proteger al concejal de Seguridad Ciudadana, Javier Scotto, del PSPV, del policía local Eugenio Crespo, que se encaró a él y al resto de la corporación dianense durante un pleno para exhibir una camiseta que llevaba estampado el insulto homófobo «maricona».

La orden de alejamiento es por este hecho, pero también por una anterior querella por discriminación sexual, injurias y calumnias presentada por Scotto; el alcalde, Vicent Grimalt, y el intendente jefe de la Policía Local, José Martínez Espasa, contra este agente, que es el delegado local del Sindicato Profesional de Policías Municipales de España (Sppme).

El policía está imputado por injurias graves, atentado a un superior y por un delito de odio por discriminación sexual. También tiene abierto un expediente disciplinario, pero está supeditado a la causa judicial.

El agente, que lleva un año encadenando bajas laborales, acudió al pleno del pasado 28 de diciembre y se plantó ante los concejales. Iba de paisano y vestía una chaqueta negra que se abrió para mostrar una camiseta con la palabra «maricona». La «i» era de tamaño más pequeño. Pero a ningún concejal se le escapó el propósito injurioso del policía ni que el insulto iba dirigido al concejal de Seguridad. El público no llegó a apreciar bien la intención de ese gesto exhibicionista de abrirse la chaqueta que hizo el agente.

El policía que velaba por la seguridad del pleno se llevó a ese agente, que se tapó la camiseta y se negó a que le hicieran fotografías. El policía de servicio levantó acta de lo ocurrido y la trasladó luego a la Policía Nacional. Scotto también denunció en el juzgado el ataque homófobo.

No era la primera vez que este agente arremetía contra edil por su condición sexual. La escalada de insultos comenzó cuando la concejalía que dirige Scotto pintó en 2016 con los colores del arcoíris un paso de peatones de la calle Marqués de Campo. En el facebook del policía, todavía se puede leer que describe esa iniciativa como «una bestialidad» y «una patochada». Y dice que crear ese paso de la diversidad respondía a que «un concejal es homosexual y quiere darse fama y popularidad entre los que son como él». Pero también lanzó en las redes ofensas más gruesas y denigrantes, del calibre de la del pleno del pasado 28 de diciembre.

Luego, cuando la concejalía hizo una campaña para acabar con los excrementos de perro en las calles, el agente volvió a utilizar las redes sociales para insultar a Scotto y le dijo lindezas como que tenía «mierda en la cabeza».

El juez de Dénia tiene pantallazos de todos esos mensajes homófobos y denigrantes.

Scotto afirmó ayer que «no hay ningún problema» en que se critique la gestión del gobierno municipal (PSPV y Compromís). Pero denunció que se invada su esfera personal. Dijo que los insultos en las redes sociales «los veía con cierta distancia», pero lo que hizo el policía de encararse en el pleno con él y la corporación ya fue un «acometimiento directo».

El edil subrayó que «no se pueden banalizar» los insultos que implican discriminación sexual. Lamentó que, pese a los avances legislativos, «no avanzamos». «Reivindicamos una afectividad real en la calle. La ley permite que podamos conquistar otros derechos como el del matrimonio igualitario, pero la afectividad real a veces tiene consecuencias de agresiones o de insultos, porque hay individuos que no lo aceptan o van más lento», reflexionó.