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El tratamiento contra la Xylella amenaza miles de colmenas en Tárbena y Bolulla

Los apicultores aseguran que la fumigación de las parcelas afectadas por esta plaga podría acabar con las abejas y la producción de miel de níspero de la temporada

El tratamiento contra la Xylella amenaza miles de colmenas en Tárbena y Bolulla

Más de 5.000 colmenas en peligro, como poco. La plaga de la Xylella no sólo está afectando directamente a los almendros de la Marina Baixa. Como daño colateral podría acabar con la producción de miel de níspero que se elabora en varios puntos de la comarca debido a que se han comenzado a fumigar parcelas con un tratamiento para combatir este problema pero sin contar con que había producciones apícolas.

En concreto, los afectados han sido los empresarios de la zona de Tárbena y Bolulla. En la primera localidad, el miércoles aparecieron las máquinas de la empresa Tragsa para llevar a cabo las medidas contra este insecto en varios terrenos donde se han localizado focos. El problema es que los apicultores no habían recibido ninguna noticia de que se iban a llevar a cabo estas actuaciones.

«El miércoles cuando fuimos a visitar el apiario nos encontramos una gran cuba y a los operarios», según explicó a este diario Paula Gálvez, una de las empresarias que se dedica a la producción de miel de níspero y que cuenta con unas 400 colmenas en Tárbena.

El susto les recorrió el cuerpo a ella y su marido, Imrich Kalinac. Y es que las abejas y colmenas se encuentran en pleno periodo de floración por lo que esa fumigación podría acabar con el trabajo de un año y el producto de la temporada. «Nadie nos avisó de que iban a venir a fumigar», indicaron.

Y es que aunque este proceso se lleve a unos centenares de metros de donde ellos tienen las colmenas, las abejas tienen un radio de acción de unos 3 kilómetros por lo que pueden verse afectadas. «Nuestras colmenas no se ven porque, según la ley europea, tienen que estar unos metros separadas de cualquier carretera o zona similar», pero eso no significa que no existan.

Plazo hasta el lunes

Ese propio miércoles, la afectada habló con los operarios que le indicaron que tenían que fumigar la zona. Después de mucho trabajo consiguió un plazo «verbal» hasta el lunes para poder retirar las colmenas y que no se vean afectadas, algo que afirmó a este diario que es «inviable».

Pero el problema no quedó sólo en la producción de miel de este municipio. En Bolulla se repitió la escena el pasado jueves, según las mismas fuentes. Allí existen como mínimo unas 5.000 colmenas que pertenecen a empresarios de fuera de la provincia. Fue la misma Gálvez la que, «junto al alcalde», también se dirigió al municipio vecino para evitar que se fumigaran los campos. «También conseguimos ese plazo hasta el lunes. Nos pusimos en contacto con los empresarios para avisarles». Y es que esa es una de las cuestiones que recalcan los afectados: «nadie nos ha avisado de que esto se iba a llevar a cabo».

Desde la Conselleria de Agricultura explicaron a este diario que «no se tenía constancia» de que en esa zona en la que se van a llevar a cabo las medidas y tratamientos contra la Xylella había colmenas. Así, el director general de Agricultura, Roger Llanes, indicó que «la primera comunicación sobre esta cuestión la tuve el miércoles» cuando estaba en una charla sobre esta plaga que afecta a los almendros en Castell de Castells. Así afirmó que se ha ampliado la información para explicar qué medidas se están tomando y con qué tratamiento para poder llegar a todo el mundo.

Sin respuesta

Sin embargo, los empresarios de Tárbena aseguran que no han encontrado una respuesta por parte del Consell. Así han acudido a asociaciones como Greenpeace para ver qué pueden hacer y aseguran que también acudirán al Seprona. «Nos van a hacer unos desgraciados. No sólo a mi y mi apiario, sino a todos los que producimos la miel de níspero, un producto que no hay en otro sitio de España», apuntó Paula Gálvez. «Acabarán matando las colmenas en pleno auge de la floración y, la abeja que no muera, quedará contaminada», añadió. Con todo, se preguntan quién va a correr con los gastos si se quedan sin abejas y miel pero, sobre todo, del coste que les supondría mover en tan poco tiempo todas las colmenas que tienen en esa zona.

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