En Galicia son los eucaliptos y en Xàbia los pinos. Los incendios abren el debate sobre las especies arbóreas que parece que se alían con el fuego para propagarlo a toda pastilla y que luego rebrotan en masa y forman bosques impenetrables y proclives a volver a arder. En Xàbia, tras los incendios del Montgó (444 hectáreas calcinadas) y de la Granadella (812 hectáreas carbonizadas), se ha iniciado una nueva política forestal. Se han llegado a arrancar miles de rebrotes de pino que surgieron tras los fuegos. Se apuesta por matorrales autóctonos (el lentisco o la coscoja) y por árboles más resistentes al fuego, como el ullastre (el acebuche) y el algarrobo.

Precisamente, estas dos especies arbóreas se plantarán ahora en la Granadella. Es una de las tareas, en concreto, la última, que llevará a cabo la empresa Vivers Centre Verd, cuyos representantes firmaron ayer el contrato con el ayuntamiento. Esta firma ha ganado el concurso para ejecutar los trabajos forestales del plan de actuación para la prevención de incendios y restauración ambiental y paisajística del paraje de la Granadella.

Las actuaciones tienen un presupuesto de 206.611 euros, que aporta la Diputación de Alicante. Se llevarán a cabo durante los próximos tres meses y medio.

El departamento municipal de Medio Ambiente y Servicios ya ha adelantado trabajo. Mientras, las empresas madereras han talado y retirado miles de pinos calcinados. Vivers Centre Verd realizará ahora trabajos silvícolas de prevención de incendios (clareos) en los terrenos municipales que lindan con la carretera que lleva a la cala de la Granadella. Esos bosques se salvaron del fuego. Pero urge reducir la masa forestal en estas 11,8 hectáreas. También troceará y tratará los troncos calcinados de la ladera de la Ombria. Y, en la última fase, esta mercantil llevará a cabo la plantación de ese bosque del futuro en el que hay menos densidad de pinos y los acebuches y algarrobos recuperan el terreno perdido.