Los vecinos de Suertes del Mar, el edificio de 34 apartamentos desalojado en Dénia por amenaza de derrumbe, no tienen la suerte de cara. Están que trinan. No saben cuándo podrán volver a sus casas. La finca ha quedado totalmente precintada. La Policía Local ha colocado carteles que avisan del «riesgo de derrumbe». Los 60 desalojados recogieron el miércoles a toda prisa lo justo. El ayuntamiento y la asociación de hostelería les buscaron hoteles y apartahoteles para hacer una noche. No fue sencillo. Dénia está a reventar de turistas. El consistorio tuvo que buscar hueco a 49 personas. Dos vecinos que están enfermos fueron trasladados a los hospitales de Dénia y de Alicante.

Pero la solución del hotel era para una noche. El concejal de Seguridad, Javier Scotto, explicó ayer que el consistorio anunció que iba a habilitar dependencias municipales como el polideportivo para quienes no encontraran un techo. Es la medida que se adopta en los desalojos de emergencia, como los incendios.

A los vecinos, lo del polideportivo no les hizo gracia. Contactaron con familiares y amigos para pasar unos días con ellos. Los turistas que estaban de alquiler lograron que las agencias los llevaran a otro apartamento. También hubo quien optó por acabar sus vacaciones. Otros desalojados tienen aquí su segunda residencia. Han vuelto a sus casas e igualmente han adelantado el regreso de vacaciones.

Los vecinos fijos son los que lo tienen peor. La concejala de Servicios Sociales, Cristina Morera, señaló en la tarde de ayer que todos habían encontrado una casa de familiares o amigos en la que establecerse temporalmente. Quedaba una pareja con la que el consistorio no había logrado contactar, pero se presumía que también había encontrado un realojamiento.

Mientras, la mayor parte de los vecinos sigue en sus trece de que este edificio de 34 viviendas y construido en 1973 es seguro. Aportaron como argumento un informe de un aparejador contratado por la comunidad de propietarios. Pero el documento es de hace año y medio. Las inspecciones recientes realizadas por los técnicos municipales y los bomberos sí detectaron daños en la estructura. Estos últimos informes alertan de que la caída de cascotes ocasionada por las últimas lluvias torrenciales no fue algo aislado; coinciden en que existe peligro de derrumbe.

Los residentes quieren volver a sus casas lo más pronto posible. La comunidad ya ha contratado, de hecho, los trabajos para apuntalar la finca, que comenzarán hoy mismo. Durarán cuatro o cinco días. Luego los técnicos municipales realizarán una nueva inspección y pruebas de carga de los pilares. Si concluyen que los puntales han conjurado el peligro de derrumbe, los vecinos podrán regresar a sus viviendas. Pero, de momento, nadie se atreve a asegurar que esos trabajos resuelvan el deterioro estructural que ha motivado el desalojo. En cualquier caso, los propietarios deberán acometer de forma inmediata la rehabilitación integral del edificio que ha ordenado el Ayuntamiento. Suertes del Mar, esta finca situada a un paso de la playa de la Marineta Cassiana, se cae a trozos.

Como el precinto y el desalojo van para días, los vecinos podrán hoy entrar por turnos en la finca y en sus casas para recoger sus pertenencias. Los residentes que viven todo el año (no son mucho, ya que el edificio es de apartamentos del alquiler turístico y segunda residencia) no saben cuándo podrán volver a hacer vida normal en sus casas.