Teulada-Moraira

Los vecinos del Portet de Moraira se han cansado de la gravilla. Su playa se ha transformado. La Jefatura de Costas la regeneró en mayo con 8.000 toneladas de tierra de cantera.

La playa, antes estrecha, ha crecido. Pero, cuando hay temporales o marejada (como en los últimos días), el agua, antes cristalina, se vuelve turbia. El polvillo de la gravilla, de la arena extraída de una cantera de Altea, ensucia el mar y se deposita sobre la pradera de Posidonia oceanica.

Los vecinos no se resignan a que su playa, antes de fina arena y de transparentes aguas, se quede marrón y de gravilla. Han lanzado la campaña «Salvemos el Portet» y han decidido colgar de sus balcones pancartas con ese lema.

Regeneración

Califican de «irregular» la regeneración realizada por el departamento de Costas y el Ayuntamiento, ya que incumple el precepto de restituir la playa a su estado original.

La playa, con el vertido de tierra de cantera que se ha realizado, ha triplicado su superficie. Infieren que se ha cometido «una negligencia punible», dado que el sedimento utilizado puede dañar la pradera de posidonia y el frágil ecosistema marino de la playa del Portet.

Los vecinos lamentan la imagen turística que proyecta la «nueva» playa del Portet. La playa ha crecido. Antes tenía una estrecha franja de arena. Pero la arena era fina y ahora la gravilla resulta áspera y los bañistas se tienen que calzar las chanclas para caminar sobre la tierra de cantera.

Además, las aguas esmeraldas adquieren una coloración marrón cada vez que el oleaje remueve la tierra.

Los vecinos creen que esta actuación responde a una apuesta por el turismo de masas. Con una playa más ancha, pueden llegar más turistas. Lamentan que se prime la cantidad (de playa y de turistas).

El debate del modelo turístico no puede ser más actual. Está en la calle. En el Portet, está en la playa.