Un pueblo entero. Y no de cuatro casas, sino del tamaño de Pedreguer u Ondara. La regularización de inmuebles no declarados llevada a cabo por la Dirección General del Catastro (depende del Ministerio de Hacienda) desde 2013 ha sacado a la luz en la Marina Alta un pueblo fantasma. En las 16 localidades en las que el Catastro ha rastreado casas, piscinas y obras de ampliación y rehabilitación ilegales, es decir, que no se habían dado de alta ni tributaban IBI, este organismo ha encontrado nada menos que 16.046 inmuebles, la mayoría urbanos, que «no existían».

El pueblo en el que más construcciones fantasma se han detectado ha sido Teulada, con 4.175, de las que el 6,5% corresponden a casas, casi el 50% a ampliaciones y rehabilitaciones y el 33% a pinscinas.

Luego ya se sitúa Dénia, donde Catastro ha descubierto 3.060 inmuebles ilegales. El 73% son obras de ampliación.

Mientras, Calp y el Poble Nou de Benitatxell están tajo parejo en construcciones no declaradas. En el primer municipio, se han detectado 1.521 y, en el segundo, 1.578.

Los 16.046 inmuebles ilegales que Catastro ha hallado en la Marina Alta demuestran el descontrol urbanístico que ha habido en esta comarca en los últimos años. Pedreguer cuenta en total con 16.794 construcciones.

Los dueños que se habían escamoteado de pagar lo que les tocaba han tenido que abonar ahora una tasa de 60 euros para incorporar sus propiedades al padcrón municipal del IBI y cuatro años de este impuesto, dado que lo anterior ya ha prescrito.

Para los ayuntamientos, esta regularización catastral es una inyección económica de primera. Dénia prevé ingresar este año de impuestos directos (IBI, básicamente) 26,8 millones de euros mientras que en 2016 recaudó 25,6.

La regulación también se ha llevado a cabo en Alcalalí (451 inmuebles legalizados), Beniarbeig (391), Benidoleig (390), Benimeli (151), Gata (850), Xaló (606), Llíber (299), Parcent (375), Pedreguer (1.094), Pego (403), El Ràfol d'Almúnia (231) y El Verger (471).

Los datos catastrales también confirman la singularidad de una comarca que tiene más del doble de viviendas que de vecinos empadronados. Los apartamentos y chalés de segundas residencias o destinados al alquiler turístico permanecen la mayor parte del año vacíos. Calp, por ejemplo, cuenta con 43.514 inmuebles, mientras que su población ha adelgazado mucho en los últimos años. El padrón de 2016 hizo saltar todas las alarmas al caer la población por debajo de los 20.000 vecinos (19.591). En Dénia, hay 71.319 unidades catastrales; 41.465 habitantes están empadronados.

Mientras la demografía se desinfla, el urbanismo de nuevo coge aire. La Marina Alta está viviendo un renacer de la construcción, un sector que con la crisis del ladrillo ya se daba por muerto. Las grúas se han vuelto a adueñar del litoral. Los chalés de lujo tiran de esa recuperación urbanística, aunque también se vuelven a construir promociones de apartamentos y de adosados.