La oposición de Benissa ya toca el cambio con la punta de los dedos. El foro de Reiniciem Benissa y las asambleas de PSPV y Compromís apoyaron ayer mayoritariamente el preacuerdo al que han llegado los concejales de estos tres partidos para poner fin a 18 años de alcaldía del PP. Los recelos que evitaron que a principio de mandato fraguara el pacto están superados. Las fuerzas de izquierda van ahora de la mano. La dimisión hace tres semanas del popular Juan Bautista Roselló, quien ha mantenido la alcaldía 18 años, ha convencido a la oposición, que, con Ciudadanos, tiene la mayoría, de que era el momento de cambiar el rumbo del ayuntamiento. Roselló se iba (ahora se vuelca en el gabinete del presidente de la Diputación, César Sánchez, del PP) y nombraba a su sucesor, Arturo Poquet. A la oposición no le ha gustado que los populares se pasaran la vara de alcalde. En el pleno extraordinario de este martes, si la izquierda cuadra con la última pieza el puzle, Abel Cardona, de Reiniciem Benissa, se convertirá en el nuevo alcalde.

Pero sí, les falta una pieza. El cambio se consumara si se suma el único concejal de Ciudadanos, el exalcalde (lo fue con la UCD y luego de independiente), Isidor Mollá. El portavoz de Ciudadanos respaldaba el gobierno de progreso a principio de mandato. Pero las rencillas entre Reiniciem y Compromís fueron entonces insalvables. Ahora que Ciudadanos también conecta mejor en Valencia con el Govern del Botànic, Benissa podría confirmar que este partido se distancia del PP. Mollá tiene ahora la escoba por el mango. En la campaña electoral, salió a la calle con una escoba para barrer el ayuntamiento. Hasta el martes no se sabrá si le da su voto a los partidos del cambio que, por otra parte, ya le han dejado claro que no lo incorporarán a la junta de gobierno, pero sin delegarle concejalías.