El temporal de lluvias que ha barrido la Comunidad Valenciana desde el pasado domingo ha dejado una damnificada principal más allá de las calles embalsadas y el caos en las ciudades de Valencia: la agricultura, que se ha llevado la peor parte de la peor tormenta registrada en esta provincia en 9 años. La Unió de Llauradors explicó que el agua se esperaba con impaciencia pero que, por su virulencia y por ir acompañada de granizo ha sido más perjudicial que beneficiosa para ciertos cultivos de cítricos, hortalizas y caquis. El agua y la piedra han afectado a 8.000 hectáreas de estos cultivos con unos daños que ya se cuantifican en 14 millones.

El grueso de la tormenta descargó durante la tarde-noche del domingo sobre la ciudad de Valencia dejando 130 l/m2 en 24 horas, el registro más alto en nueve años. Durante la madrugada del lunes y ayer por la mañana se dejó notar en el litoral y más al norte como en Tavernes de la Valldigna con 107 l/m2 y Sagunto, con 100 l/m2. La acumulación de agua en tan pocas horas dejaba calles anegadas, aparcamientos y bajos con problemas y cierre de pasos subterráneos. De hecho, Guardia Civil, Bomberos y Policía han tenido que movilizarse para rescatar a, al menos 36 personas de sus coches. El badén inundable situado en el acceso principal al Port de Sagunt desde la V-23 fue testigo de al menos una decena de rescates. Nueve fueron de madrugada y, el décimo, fue el de una mujer cuyo vehículo se hundió por completo ayer por la mañana y tuvo que encaramarse al techo mientras esperaban a que la sacaran del agua. Miembros del consorcio de bomberos y el alcalde, Francisco Fernández, denunciaron que la mujer se había saltado las vallas de protección pero ella defendió que no había señalización ni vallas.

Además, casi 1.200 alumnos de Infantil y Primaria de seis colegios públicos, tres de ellos en barracones, no tuvieron ayer clase al inundarse sus aulas.