«Lennon significa en gaélico amor». Lo dice Brenda Kelleher mientras sostiene al bebé en su regazo. María José Torres asiente. Estas dos mujeres se casaron en 2007 y formaron una familia. Sus dos primeros hijos, Fionn y Nayra, que son mellizos, tienen ahora siete años. Lennon nació el pasado 30 de julio. El matrimonio, como contó ayer INFORMACIÓN en exclusiva, no lo ha podido inscribir en el Registro Civil de Dénia ya que el juez encargado, José María Zaragozá Campos, exige a la familia que aporte un certificado de la clínica en la que se realizó la reproducción asistida. A los matriminos heterosexuales no se les pide. Y la Ley de Registro Civil establece que las mujeres casadas tienen ambas la filiación (la condición de progenitor) de los hijos nacidos en el matrimonio.
«El juez, sin embargo, ha hecho otra interpretación», indicó ayer María José. «No creemos que sea una cosa personal de él. Hemos sabido que en otros registros también se pide a las mujeres casadas la prueba de cómo el niño fue concebido. Por eso no estamos luchando sólo por nosotras. Queremos que no se discrimine a ningún matrimonio de mujeres».
Brenda y María José quieren que el juez y la Dirección General de los Registros y del Notariado, organismo del Ministerio de Justicia ante el que han presentado un recurso y han dirigido una petición colgada en change.org, reconozcan lo que salta a la vista: que son una familia. «Un juez no nos puede negar esa realidad. Lennon tiene dos madres y dos hermanos», subraya María José, que precisa que fuera de ese núcleo familiar el bebé está desprotegido.
De hecho, la madre gestante, Brenda, ha tenido que abrirse un segundo libro de familia en el que sólo figuran ella y el recién nacido. «Como yo soy irlandesa, ahora tengo que sacarle el pasaporte para que le den la tarjeta sanitaria. Sus hermanos, como tienen de madre también a Maria José, sí son españoles». Los dos hermanos mayores tienen las ideas claras. En un emotivo video que la familia ha grabado, se dirigen al magistrado: «Señor juez, queremos que ponga a Lennon en nuestro libro de familia», dice Fionn.
María José admite que fue «muy desagradable» toparse con la negativa del juez en un momento «importante y muy sensible» como es el de después del parto y el comienzo de la crianza. El matrimonio no tuvo ningún problema para inscribir a sus dos primeros hijos en el registro de Atzaneta del Maestrat, que era el pueblo en el que residían entonces. No les exigieron ninguna prueba de la inseminación. «Todo muy sencillo. Y debe ser así. Porque nuestra palabra vale igual que la de un padre».
