Calp vibró ayer con los Moros y Cristianos en honor al Santíssim Crist de la Suor en uno de sus actos más emblemáticos: La entrada de tropas de la Media Luna y de la Cruz, que recorrió la principal avenida del municipio, Gabriel Miró, hasta la playa y dejó una atmósfera de leyendas que entremezcla la historia y la devoción. La vistosidad de los trajes, el lujo de las carrozas, el espectáculo de los ballets al ritmo de las bandas de música dejaron al público asistente, que se contó a cientos, encandilado.

Como marca la tradición calpina, las tropas llegaron encabezadas por la Abanderada de la Asociación, Lourdes Molina, de la filà Almoràvides, vestida con traje moro. La primera autoridad de la fiesta llevaba con ella una escuadra especial formada por diez mujeres, dirigidas por su hermana Miriam, que ejercía de cabo. Cerraba su paso la Banda de Música de Calp.

Los defensores cristianos tomaron presencia anunciados por el Alférez infantil Jaime Baydal, de la filà Contrabandistas, quien llegó sobre carroza. Tras él, los cristianos desplegaron su poder al paso de las marchas con sus cinco comparsas:, Templaris, Contrabandistes, Mossàbards d'Ifac, Marins Corsaris y, finalmente, el lucido boato de los capitanes Cristianos, Mario Schumacher y Ana Belén Gallardo, de la Filà Almogàvers. Un despliegue en tonos naranjas se apoderó de la avenida. Dos ballets, uno calpino y otro llegado de Ontinyent convirtió la calle en una villa medieval repleta de dragones. Sonaron gaitas para anunciar a los capitanes vestidos con traje de guerra. Un espectáculo de pirotécnia y efectos especiales hizo saber que las autoridades cristianas estaban presentes con sus escuadras. Los amigos del capitán y sus innumerables colaboradores que han apoyado su trabajo durante este año montaron una escuadra especial y su filà desfiló en otra escuadra tras él portando el banderín de 1977 en un emotivo homenaje a los 40 años de constitución de su cábila. La banda de Albaida les cerraba el paso.

El turno de la entrada de tropas sarracenas fue anunciado de la mano de su Alférez infantil, Josemi Ortiz, de la filà Tuareg, quien también llegó sobre carroza. Él trajo los olores y colores del desierto y los desplegó por la avenida para anunciar las seis filaes moras: Mascarats, Tuareg, Berberiscos, Califach, Almoràvides y el espectacular boato de los capitanes Moros, Joan Vicent Mengual y M.ª José Solivelles, de la filà Moriscos. Un impresionante boato que se abrió paso con los pequeños sobrinos de los capitanes, subidos en carrozas. Un primer ballet anunciaba batalla, un espectáculo con carroza que emulaba una lucha entre amantes daba paso a un nuevo baile que trajo las arenas del desierto a Calp. Unas dolçainas sonaron con fuerza para anunciar la escuadra femenina. La presencia de animales de fantasía cautivaba a los presentes como jirafas de metal, elefantes y terribles arañas con fuegos legendarios. Ahí apareció una segunda escuadra femenina. La conquista mora hizo estremecer a los calpinos. Hizo presencia la escuadra masculina con once guerreros a lomos de dromedarios y la colla del Carellot, donde es miembro el capitán, cerraba su paso con las dolçainas. Y así, aparecían los capitanes, con un fabuloso traje diseñado por Paco García Galipienso, el conocido sastre afincado en Alicante, tejido en negro, plata y metal. Las tropas moras se acababan de adueñar de Calp. Tras ellos, pasaba la banda de Albaida. Las fuerzas se medirán hoy en el desembarco.