La farmacia del Poble Nou de Benitatxell, que ayer era la que estaba de guardia en este pueblo y en Teulada-Moraira, bajó la persiana a la fuerza. Una manada de toros pasó por delante del negocio por la tarde, entre las 18.30 y las 19.30 (era la entrada de «bous» en la que los mozos plantan cara a los astados con los cañizos), y por la noche, por la entrada que comenzaba a las 23.30 horas. El farmacéutico, José Pascual Torres, explicó a este diario que durante las entradas «entre 50.000 y 60.000 personas» se quedaron sin farmacia de guardia. La población de estos dos pueblos, sobre todo la de Teulada-Moraira, se dispara ahora por la llegada masiva de turistas.

El boticario calculó que el cierre de la entrada de la noche se prolongaría durante unos cuarenta minutos. El alcalde, Josep Femenia, aseguró que la entrada, como mucho, duraba 20 minutos.

«Me he pasado toda la noche sin dormir», indicó Torres, que lamentó que los responsables municipales y, sobre todo, el concejal de Sanidad, Dirk Rheindorf, no calibraran el problema que supone dejar a tantos vecinos sin farmacia de guardia. El farmacéutico mantuvo ayer una reunión con el alcalde y el concejal de Sanidad y les pidió que cambiaran el recorrido de la entrada. «Ellos consideran que una farmacia es un comercio y no un servicio público», dijo el boticario, que avanzó que él y su adjunta iban a permanecer dentro de la farmacia aunque con la persiana bajada por el paso de los toros. «Lo que no vamos a hacer es incumplir la ley sanitaria», expuso, al tiempo que aseguraba que había comunicado lo que iba a ocurrir a las autoridades sanitarias y farmacéuticas. «Puede que no pase nada, pero los farmacéuticos atendemos urgencias de niños con fiebre, hipoglucemias y suministramos insulina. Espero que esta noche no surja ninguna urgencia».

El alcalde dijo que el farmacéutico había tenido tiempo para cambiar la guardia. Sostuvo que lo que él no podía hacer era alterar de un día para otro el plan de seguridad de los festejos taurinos. «Lo pasamos a la Subdelegación del Gobierno y a la Policía Autonómica y no podemos variarlo a última hora porque se nos puede caer el pelo», afirmó.

Con todo, el munícipe subrayó que un policía local estaría pendiente de la entrada de la farmacia por si acudía alguna persona que necesitase que le dispensaran con urgencia medicamentos.