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Dénia, ciudad de la seda en los siglos XI y XII

El museo guarda 57 piezas, como hiladores y husos, vinculadas a la actividad y la manufactura textil

Dedal de bronce hallado en Dénia. museu arqueològic de dénia

La celebración del primer milenio de la taifa de Dénia concluyó en 2015, pero todavía quedan muchos hilos de los que tirar. El director del Museo Arqueològic de Dénia, Josep A. Gisbert, va reconstruyendo, poco a poco, el hermoso tapiz que fue la historia de Madîna Daniya en el tiempo de al-Ándalus. Ahora investiga las evidencias que demostrarían que en los siglos XI y XII en la ciudad floreció un tejido artesanal de manufactura de hilo de seda.

«En las casas del rabal y del epicentro de la Madîna Daniya, dentro de las viviendas, hay una actividad bien identificada de hilado y ovillado de hilo de seda y, quizás, también de lino, algodón y lana», afirma Gisbert. En los registros arqueológicos, han aparecido piezas metálicas y de hueso que son husos e hiladores. Están primorosamente decoradas.

Las fuentes escritas ya dan pistas. El arqueólogo explica que en tratados andalusíes de agronomía, como el de Kitab Al-Filaha o Abi L-Jayr, se describen plantaciones de moreras situadas junto a acequias y corrientes de agua. Crónicas como la del Moro Rasis hablan de la calidad de los paños de seda (habitualmente decorados con hilos de oro y plata) que se manufacturaban en las montañas que rodean Dénia.

Gisbert también advierte de que Alí, el hijo de Muyahid, el fundador de la taifa, regaló en 1070 al califa fatimí del Cairo al-Mustansir telas de seda, coral, esclavos y eunucos.

Es evidente que a Dénia, a través de Alejandría, ciudad con la que mantenía un intenso comercio, pudieron llegar tejidos de seda de Palestina, Irak, Irán e incluso China. Pero las evidencias arqueológicas dejarían claro que en el extremo occidental del Mediterráneo también se producían tejidos de lujo.

«Hay que evaluar el hecho de que Dénia era un puente de distribución de manufacturas orientales, entre ellas la seda, pero también es un claro lugar de producción donde los husos e hiladores dentro de las casas acreditan la estandarización de esta actividad artesanal», asegura Gisbert. El museo guarda en sus fondos 57 piezas vinculadas a la artesanía textil y de la seda halladas en excavaciones arqueológicas.

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