La inspección urbanística está en Calp en las nubes. Y no en sentido peyorativo. El ayuntamiento ha adquirido un dron, en concreto el modelo DJI Inspire 1-V2 (el precio de mercado es de unos 3.000 euros), para «cazar» obras ilegales. La concejalía de Territorio valora que el dron es una herramienta ideal para detectar desde el aire posibles obras sin licencia. Los inspectores, desde tierra, lo tienen más difícil.

Además, con este avión no tripulado, que está equipado con una cámara de video y fotografía de alta calidad (puede tomar imágenes panorámicas de 360º), se levantarán planos topográficos o se revisará el estado de las infraestructuras municipales. De hecho, lo más difícil de inspeccionar en los edificios es siempre los aleros y las techumbres.

El ayuntamiento le presume al dron un sinfín de posibilidades. Podrá grabar videos y tomar fotografías de promoción turística, de pruebas deportivas o de las fiestas. Las imágenes aéreas descubrirán nuevas perspectivas de Calp.

Los videos con dron que ya se han efectuado de les Salines o del Peñón de Ifach han constatado que se descubren detalles inapreciables cuando se tienen los pies en el suelo. El dron también se utilizará en las emergencias y en el control del tráfico y la vigilancia.

Calp es pionero en incorporar una tecnología que ha llegado para quedarse. En la Marina Alta, los drones ya se están empleando de forma habitual para la promoción turística. La empresa SVS, que se encarga del servicio de socorrismo en la cala del Moraig de Benitatxell, ya dispone de un dron para localizar con rapidez a bañistas o excursionistas que se accidenten o estén en apuros.