José Piera, El Pegolí, un conocido restaurador de Dénia aficionado a coleccionar tesoros arqueológicos, va desprendiéndose poco a poco de sus ánforas. Ahora ha donado cinco más al Museo Arqueológico de Dénia. Dos eran para transportar vino y las otras tres almacenaron salsas romanas de pescado. La más grande y mejor conservada es, curiosamente, la más antigua. Está datada en el siglo V antes de Cristo y es púnica (se modeló en lo que ahora es el sur de Andalucía o en el norte de Marruecos). Tiene, además, rasgos estéticos fenicios.

«Es un ánfora excepcional», ha subrayado el arqueólogo de Dénia, Josep A. Gisbert, que ha detallado que pertenece a un pecio localizado en la isla de Tagomago, en Ibiza.

Las otras cuatro ánforas son itálicas, de época romana. Una de ellas se utilizó para transportar también vino producido en el ámbito de la antigua Pompeya. Es del siglo III antes de Cristo. En el barro con el que está hecha hay restos de ceniza del Vesubio.

Piera ha explicado que el ánfora más antigua, la púnica, la ha guardado en su casa durante más de 30 años. «Estaba encallada en el litoral de les Marines y llena de fango. Entre tres o cuatro la sacamos. La consolidé con aceite de linaza».

Este conocido hostelero de Dénia reunió durante años una importante colección de ánforas. Él mismo las extraía del litoral o las compraba a los marineros que llegaban a puerto con uno de estos hallazgos enganchado en sus redes. Hace unas semanas donó tres de época medieval y un busto de mármol de Carrara del siglo XVIII.