El «bou embolat» de las fiestas de Sant Sebastià de Xàbia acabó en fiasco. El astado, tras salir del cajón, arrancó el pilón y la tapa de alcantarilla sobre la que se había sujetado. Los arrastró por la Plaça de l'Església y los estrelló contra las barreras. El público vivió momentos de tensión. El animal enfureció al no poder desasirse del pilón. Además, metió las patas en la boca de la alcantarilla, se trastabilló y dio con sus huesos en el duro pavimento de la plaza. Hasta que, desde una barrera, no se consiguió cortar la cuerda y liberar al astado de su pesada carga, los espectadores no respiraron. El sufrimiento del animal fue evidente. El toro, eso sí, se libró de ser embolado. Ya nadie se atrevió a intentarlo de nuevo tras el fallido experimento de calzar el pilón sobre una tapa de alcantarilla.

El incidente, que tuvo lugar pasada la medianoche del sábado, ha puesto en el disparadero estos espectáculos taurinos, que organiza desde 2012 la Asociación Cultural y Taurina de Xàbia. Además, numerosos vecinos mostraron su indignación por el hecho de que el toro que se llevó por delante el pilón hubiera estado antes metido en un cajón durante más de cuatro horas.

El alcalde de Xàbia, José Chulvi, pidió ayer mismo a la policía local que redacte un informe que determine si en el «bou embolat» se cumplieron las las directrices de seguridad y todos los requisitos que puso el ayuntamiento para que se pudiera celebrar este espectáculo en la Plaça de l'Església. El munícipe supeditó al resultado de ese informe «y a otras consideraciones» replantearse los futuros permisos para otras actuaciones taurinas.

Además, el gobierno local, del PSPV, expresó su preocupación por estos hechos, ya que «se puso en peligro la integridad de muchas personas y del propio toro» y se dio «una imagen lamentable de la fiesta».

En el programa, no estaba previsto desencajonar el toro antes de embolarlo. Sin embargo, se considera que a esta plaza del centro histórico, al estar para este espectáculo rodeada de «cadafals», no puede pasar el camión desde el que habitualmente se baja, atado a una cuerda, al astado para conducirlo hasta el pilón.

«Fue un error muy grave»

El concejal de Fiestas, Antonio Miragall, advirtió ayer de que el pilón, al arrancarlo el toro, «pudo golpear y herir a quienes estaban alrededor». «Fue un error que pudo tener consecuencias muy graves. No puede volver a repetirse», afirmó.

El edil convino que por cuestiones de seguridad quizás la Plaça de l'Església no sea un lugar idóneo para embolar un toro. Además, como ahora se ha demostrado, no hay forma de falcar el pilón en el enlosado de granito. «Es algo que tendremos que revisar. Lo primordial es garantizar la seguridad de todos los participantes y también evitar que el animal pueda hacerse daño», zanjó el concejal.