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La ciudad de la bici pincha en Dénia

El gobierno local prepara un nuevo plan de movilidad tras el fiasco del anterior, del PP

La ciudad de la bici pincha en Dénia

Dénia es la ciudad perfecta para coger la bici. Es llana como la palma de la mano (a excepción del castillo y el Montgó). A las playas de les Marines y les Rotes, al puerto, al ayuntamiento, a la casa de cultura, al polideportivo y a los colegios e institutos se puede llegar dando pedales y sin despeinarse. Convertir Dénia en una ciudad de la bici era, por tanto, un proyecto que debía ir sobre ruedas.

Pero la cosa pinchó. El anterior gobierno de PP y sus socios independientes apostó a lo grande. Invirtió 295.800 euros del Plan Confianza en un carril bici que discurre por la carretera de acceso a la ciudad y sortea las numerosas entradas al polígono industrial. Llega a la Xara y nadie lo usa. Los ciclistas prefieren ir por la calzada y trazar las rotondas con mil ojos. El carril bici, interrumpido por las bocacalles del polígono, es peligroso e incómodo. Esta obra de 2009 fue un mal comienzo.

Y el gobierno local siguió luego sin encontrar el camino. Destinó otros 379.922 euros del plan Dénia Futur (el 70% de la financiación la aportó la Unión Europea) a una red de carriles bici y ciclo calles de resultado desigual. Los carriles bici todavía se salvan, aunque hay tramos que acaban abruptamente. Pero las ciclo calles sí han acabado en fiasco total. La señalización ya está medio borrada. Los conductores nunca se tomaron muy en serio que los ciclistas tuvieran preferencia. Y tampoco respetaron el límite de velocidad de 30 km/h.

Algunos de estos viales en los que las bicicletas marcaban el paso tienen un intenso tráfico. En la rotonda de la calle Abuzeyan y la avenida Miguel Hernández, que es el acceso principal al puerto y les Marines, o en la avenida Joan Fuster, los coches y camiones pasan sin cesar. A los ciclistas les espanta tanto trajín de vehículos.

Así pues, las ciclo calles no ruedan. Están tan desdibujadas como aquellas bicis que se pintaron en la calzada para señalizarlas.

El nuevo gobierno de PSPV y Compromís quiere dar nuevos bríos a la bicicleta. Ya trabaja en un nuevo plan de movilidad. El concejal responsable, Javier Scotto, explicó a este diario que la jefatura de la policía local está revisando las actuales ciclo vías, ya que, en algunos casos, podrían incumplir el reglamento de tráfico.

Y no es el único cambio. El gobierno local también quiere promover el uso del servicio de alquiler de bicicletas. El contrato lo presta Cyma-Señalia. Los vecinos no se han acostumbrado a alquilar estas bicis para moverse por una ciudad con mucha vena ciclista, pero que no acaba de coger la rueda buena.

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