La familia Carbonell (y los Morand, Merle o Bordehore, que son todos apellidos emparentados en la misma saga) ha vuelto a casa. En 1851, Antonio Carbonell Llácer, natural de Alcoi y fundador en 1866 en Córdoba de la gran empresa Carbonell, pionera en la comercialización y exportación de aceite, se casó con la dianense Cándida Morand Bordehore. Entonces empezó todo. El matrimonio tuvo once hijos. El mayor, Carlos, hizo despegar con dinero de Dénia (de los Merle y Morand) la empresa y la convirtió en una de las más importantes en el sector de la alimentación. La familia se hizo grande. Llegaron los nietos y los bisnietos. Pero nadie olvidó de donde venían. Y ayer los descencientes de Antonio Carbonell y Cándida Morand, entre los que había varios de sus tataranietos, se reunieron en Dénia. El encuentro, promovido por Nicolás Merle, incluyó una excursión en catamarán por la costa de Dénia y Xàbia y una visita a la casa familiar de la calle Cavallers, donde ahora está el hotel Chamarel. El alcalde, Vicent Grimalt, recibió a la extensa familia, que el próximo año celebrará el 150 aniversario de la fundación de la empresa Carbonell. Grimalt recordó que hay tres calles en Dénia dedicadas a tres mujeres de una familia que, además de que por su impulso emprendedor, destacó por su filantropía.