Los testigos coincidieron en que la mortal cogida se debió a un descuido del turista francés, quien estaba grabando el encierro con su móvil. La plaza dels Porxens, en la que los aficionados esquivan con facilidad a los toros, se convirtió esta vez en una trampa mortal. El hombre tropezó y no tuvo tiempo de refugiarse en la barrera. El toro, de unos 500 kilos, se ensañó con él.