Un turista francés que pasaba sus vacaciones en Oliva junto a su compañera y su hijo adolescente murió en la madrugada del lunes al martes al cornearlo violentamente un toro que se quedó rezagado en el encierro de las fiestas de Pedreguer. La víctima, L. O., estaba grabando un video con su teléfono móvil cuando el astado, de la ganadería Benavent de Quatretonda, lo embistió. Intentó huir en el último momento, pero tropezó y el toro le asestó la primera cornada. Pese a que el francés era muy corpulento (pesaba más de cien kilos), el toro lo levantó dos veces por los aires. Los testigos explicaron ayer a este diario que el pitón le entró por un costado y le alcanzó órganos vitales. La segunda cornada fue igual de brutal. Esta vez el cuerno le entró por el abdomen y le destrozó el pecho. «El toro se encarnizó. Lo reventó. Enseguida todos vimos que las cornadas eran letales», comentó ayer Carlos, quien ayudó con otros vecinos a meter al turista a duras penas en la ratera. Arrastraron un peso muerto. Los médicos no pudieron hacer nada por salvarle. Había fallecido en el acto.

Su hijo presenció desde la barrera la espeluznante cogida. Quedó aterrorizado. Los vecinos lo metieron en un quiosco de helados. Los sanitarios de la Cruz Roja se llevaron el cadáver en camilla por un callejón hasta la ambulancia.

La tragedia puso los pelos de punta a todo un pueblo que vive con pasión sus «bous al carrer». El gobierno local, de Compromís, acordó con los festeros suspender de inmediato el «bou embolat» de esa madrugada y los espectáculos taurinos de ayer y de hoy. Ni siquiera se realizaron los «carretons» para niños.

Los voluntarios taurinos ya habían advertido durante la noche al turista de que no se acercara tanto a los toros para tomarles fotos y hacer videos. Este ciudadano francés es el tercer fallecido en los «bous al carrer» en lo que va de año. Un hombre de 54 años murió la pasada semana en el Graó de Castelló y otro de 33 falleció tras una cogida en las fiestas de Benissa.