El negocio con más tirón en la playa del Arenal de Xàbia es el de ? las inmobiliarias. Nadie daba un duro hace un par de años por las agencias de venta de viviendas. Y no sólo por la crisis del ladrillo. Muchas echaron la persiana. La actividad la poca actividad se trasladaba a internet. Parecía hasta antiguo abrir una inmobiliaria. En el Arenal, los negocios de hostelería se hacían con los locales que quedaban vacíos al cerrar las agencias.

Pero, mientras que la construcción se despereza poco a poco, la venta de chalés y apartamentos, de vivienda turística, en suma, parece que se recupera más aprisa. Prueba de ello es que en lo que va de año sólo en este pequeño núcleo turístico de la playa del Arenal han abierto al menos dieciséis nuevas inmobiliarias. Ya se ponen en marcha más negocios de este tipo que de hostelería, que se había convertido en una suerte de actividad refugio durante la crisis.

Uno de cada cinco negocios

Ahora, en el Arenal, las agencias son tras los bares y restaurantes los negocios más numerosos. El núcleo pierde variedad de comercio. Parece abocado a vivir de la hostelería y de la actividad inmobiliaria. Las tiendas de ropa y complementos, un sector antes potente, aguantan a duras penas. El Arenal, de hecho, cuenta ya con más de 50 inmobiliarias. Uno de cada cinco negocios es una agencia.

Las más antiguas, que funcionan desde finales de los 50, han sobrevivido al crac del ladrillo. Sin embargo, sí que han cambiado sus esquemas. Confían poco en el cliente español, empobrecido por la crisis. De ahí que enfoquen su actividad al mercado de residentes extranjeros. Además, ahora se especializan en segmentos de vivienda. La actividad inmobiliaria está cada vez más fragmentada. Antes las grandes empresas dominaban la oferta. Ahora hay inmobiliarias con carteras cortas, pero especializadas en chalés de lujo (es un segmento que funciona muy bien en Xàbia y que, de hecho, ha salvado al sector de la construcción en estos últimos años de parón) o en casas de segunda mano, pero de calidad, que se venden a precio de ganga.

La rehabilitación de viviendas se vislumbra, de hecho, como un sector en alza. Los compradores de chalés de segunda mano se los reformarán a su gusto.

La pega de esta inopinada resurrección del negocio inmobiliario es que Xàbia atisba el final de la crisis sin apenas diversificar su mercado productivo. El turismo, por la hostelería o por la construcción y venta de vivienda turística, es la única tabla de salvación de la economía local.