La iglesia gótica de Xàbia se convirtió en Navidad en una antorcha de colores cambiantes (Philips instaló alumbrado LED), pero ahora el templo tiene más sombras que luces. El ayuntamiento ha tapiado los focos que iluminaban el ábside. Llevaban años rotos y se habían convertido en un foco de suciedad y en un peligro. Los cables estaban al alcance de la mano. La solución de taparlos con una pieza de piedra tosca no es para siempre. El consistorio tiene pendiente definir un proyecto global de iluminación de la iglesia-fortaleza de Sant Bertomeu, que se construyó en el siglo XVI.
Mientras tanto, el monumento más notable de Xàbia, declarado BIC y ahora propiedad de la parroquia de Sant Bertomeu (el arzobispado de Valencia se lo escrituró en 2009), está en penumbra.
La torre sí cuenta con alumbrado. Dos focos lanzan un haz de luz hacia arriba. Pero los dos pórticos góticos se quedan, al caer la noche, a oscuras. El principal es el más ensombrecido. Un buen alumbrado resaltaría su tímpano y arquivoltas. Las gárgolas y el matacán (este elemento subraya el carácter de fortaleza del templo) ganarían mucho sí se iluminaran correctamente. Mientras, el otro pórtico, que da a la fachada del ayuntamiento, sí tiene más luz. El edificio consistorial cuenta con farolas que se pasan de potentes. Se instalaron durante las obras de remodelación del casco antiguo, que se acabaron en 2008. Su luz es casi cegadora. Esa intensa iluminación aún contrastan más la penumbra de un templo que, en 1931, fue declarado por el Gobierno de la República Monumento Artístico Nacional. Figuró como bien muncipal hasta los años 60, que desapareció del inventario. Su cubierta sufre goteras.
