Pere Ferrer gana algo de tiempo. No había pegado ojo en las últimas semanas pues temía que el Ayuntamiento de Calp cumpliera la orden de ocupar ayer mismo el jardín que lleva cuidando desde hace más de 30 años. Allí hay ejemplares de palmeras únicas en la Península Ibérica e incluso en Europa. El valor botánico del jardín lo ha reconocido incluso la International Palm Society (ISP), organismo que reúne a los principales expertos en palmeras del mundo.

El consistorio calpino confirmó ayer que la ocupación del terreno, aunque prevista para ayer, no se hará efectiva de momento. Precisó que debe subsanar errores en el trámite administrativo. Pero, por otra parte, también recordó que el ayuntamiento cuenta con dos sentencias favorables a ocupar los terrenos, que el TSJ ha hecho firmes.

«El consistorio, sin intención de entrar en polémica, sólo puede cumplir la ley y la redacción del proyecto urbanístico [es el plan parcial del Saladar] que contempla un vial de acceso a un entorno ya urbanizado», indicaron fuentes municipales. Ese nuevo vial, que es clave en la trama urbana calpina, se llamará Felipe VI.

Con todo, Pere Ferrer también ha movido ficha. Ha llevado el caso a Bruselas. Sostiene que la expropiación del terreno puede ser irregular, ya que se encuentra en una zona interfluvial. De hecho, está entre los barrancos del Quisi y del Pou Roig.

Valiosos ejemplares

El jardín cuenta con incontestables valores botánicos. El consistorio también lo tiene claro. El departamento de Medio Ambiente ya realizó en 2002 un listado de las especies de palmeras que durante los últimos 30 años ha plantado y cuidado Pere Ferrer. Entonces contaron 47 ejemplares de las especies phoenix, livinstonia, sabal y washintonia, entre otras. Los biólogos municipales también incluyeron otros árboles y arbustos de interés botánico. Ahora, se quiere actualizar este listado.

Además, el consistorio está dispuesto a salvar este patrimonio vegetal. Las mismas fuentes antes citadas anunciaron que se pedirá la opinión de expertos y que se pretende trasplantar las palmeras a una zona verde, «aún pendiente de determinar».

«Los técnicos de medio ambiente valoran la riqueza del paraje y del entorno paisajístico, su gran variedad ambiental y de arbolado y, para seguir contando con ella, se pondrán todos los medios posibles», se indicó también desde el ayuntamiento.

Pere Ferrer ha consagrado su vida a este jardín botánico. En los últimos años, ha luchado con denuedo contra la plaga del picudo rojo y contra la sequía. Entre sus palmeras, hay especies de la India, Nueva Caledonia, Bolivia o Costa Rica.