El Riu del Moraig o Riu Blanc es todavía un misterio. En los últimos años, buceadores expertos en espeleología han tratado de completar los estudios realizados por el alemán Bernhard Pack (murió el 21 de septiembre de 1992 en una inmersión en el Moraig) o José María Cortes, quienes llegaron hasta los 1.125 metros de esta compleja gruta submarina que conecta con el sumidero de la Cova dels Coloms, en el Morro de Toix de Calp. Ahora varios espeleobuceadores de diversos puntos de España han creado el Grupo de Exploración Moraig (GEM) con el propósito de completar el mapa geológico de esta caverna y estudiar su sistema hidrogeológico único. Sólo existe un acuífero kárstico parecido al del Moraig, el de la cavidad de la isla griega de Cefalea.

El GEM lo integran los buceadores Carles Ramoneda, Eliseo Belzunce, Joel Borrazás, Johnathan Alcántara y Gustavo Armisén. De momento, ya han llegado donde nunca lo había hecho nadie. Se han adentrado 1.300 metros en la cueva. Además, han descubierto galerías hasta ahora ignotas. Una la han bautizado como la Galería de los Berberechos. Allí, a 57 metros de profundidad, han encontrado numerosos fósiles.

«Nuestra idea es ir recorriendo las galerías para completar la topografía de la cueva en 3D y recoger muestras. Pero no sabemos cuál es la extensión de la cavidad ya que es un sistema de cuevas muy complejo», admitió ayer Carles Ramoneda. «Una cavidad como la del Riu Blanc es un laboratorio para una gran cantidad de campos, desde la biología y la geología hasta la ingeniería», apostilló Gustavo Armisén.

Esta gruta submarina esconde, a cada recodo, un peligro. De ahí que este equipo, antes que nada, haya instalado una nueva línea guía y colocado botellas de oxígeno de emergencia en el recorrido.

«Parece mentira pero ha estado más gente en la cima del Everest que en la parte más alejada y topografiada de esta cueva», advirtió Johnathan Alcántara.