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La sequía empuja a los jabalíes a entrar en chalés de Xàbia y beber en sus piscinas

Hallan ahogado a un jabato que se había colado en una parcela de la urbanización de Balcón al Mar

La sequía empuja a los jabalíes a entrar en chalés de Xàbia y beber en sus piscinas

La sequía ha alterado los hábitos de los animales salvajes. Los jabalíes ya no se contentan con escarbar los riegos por goteo de los campos de la comarca de la Marina Alta. Por las noches, bajan del monte y se cuelan en las urbanizaciones y en los chalés. Las piscinas se han convertido en sus abrevaderos. Los vecinos de la urbanización de Balcón al Mar de Xàbia ya hace tiempo que advierten de los estragos que en sus parcelas provocan estos animales. Los esquivos jabalíes empiezan a dejarse ver por zonas habitadas.

Prueba de ello es que el martes apareció un jabato muerto en una piscina de una vivienda de Balcón al Mar. El encargado de mantenimiento se llevó una sorpresa mayúscula. Acostumbrado a encontrar flotando en el agua pájaros, palomas o tórtolas, lo que menos esperaba era ver una cría de jabalí.

El chalé no está ahora habitado. Es probable que la madre y los jabatos ya llevaran algunas noches entrando en el jardín de esta vivienda. Estos animales husmean la humedad. Ahora la montaña es un secarral y su olfato los guía hasta las piscinas.

Los animales adultos beben hasta saciarse. Pero las crías tienen que inclinarse mucho para llegar al agua. La que apareció el martes ahogada cayó dentro de la piscina y ya no pudo trepar por el borde. Chapoteó desesperadamente hasta que murió.

El pasado invierno los cazadores de Xàbia y Dénia efectuaron ganchos para reducir la población de jabalíes. La sequía ha coincidido con un momento de explosión demográfica de esta especie. Hasta ahora causaban importantes daños en las producciones agrarias. Desenterraban los riegos por goteo y los mordisqueaban para extraer un sorbo de agua. Pero para estos animales ya es más fácil abrevar en las piscinas.

La urbanización de Balcón al Mar, situada en el Cap de la Nau, no es precisamente una zona residencial apartada y aislada. Hay cientos de chalés. El monte público de la Granadella está muy próximo y de ahí provienen los jabalíes que, en pos del agua, han perdido su instinto huidizo y ya se adentran en las urbanizaciones.

Biólogos consultados por este diario incidieron en que el abandono de cultivos también por la sequía y la falta de abrevaderos en las montañas (los pocos que hay también empiezan a secarse) provocan que los animales salvajes, sobre todo jabalíes y cabras montesas, busquen alimento y líquido fuera de sus hábitats. Además, en la Marina Alta, las cabras tienen la competencia de los arruíes, una especie invasora del Atlas que ya ha llegado a las montañas litorales de la comarca.

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