El Consell no es muy partidario de dragar la bocana del puerto, que ahora tiene 6,5 metros de calado, para que en Dénia puedan atracar cruceros. El director general de Transportes y Logística, Carlos Eleno, explicó ayer que el lecho marino de la bocana es de roca y debería picarse para ganar profundidad. Las obras, aunque factibles, resultarían muy caras. De ahí que apuntase que sería más rentable que los cruceros fondearan fuera de la dársena y los pasajeros desembarcaran en lanchas. Los empresarios de Dénia han reclamado el dragado del puerto. Mientras, la naviera Baleària está trabajando en una línea de cruceros de tamaño medio que tendría Dénia como puerto base.

La reivindicación de atraer a Dénia el turismo de cruceros también la expresó ayer el director de la Fundación Lex Forum, Enrique Sastre. Esta entidad organizó en la estación marítima, que explota Baleària, una jornada sobre el sector marítimo y portuario. Asistieron, entre otros, el secretario de Estado Rafael Catalá y la consellera Isabel Bonig. Eleno indicó que por el puerto de Dénia pasaron en 2013 más de 300.000 pasajeros.