El "dique" de grava y algas que tapona desde hace semanas la desembocadura del río Girona ya ocasiona graves problemas ambientales. El agua de la desembocadura lleva muchos días estancada y han muerto cientos de peces. A ambos márgenes del río (uno pertenece a Dénia y otro a Els Poblets), se pueden ver los peces muertos flotando sobre el légamo.

Los vecinos de este tramo de la playa de l'Almadrava están indignados. Del agua estancada emanan malos olores que, afirman, son ya "insoportables". Residentes de la urbanización Torre de la Almadraba aseguran que han enviado escritos a la Dirección de Costas y a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) para exigirles que actúen rápido para permitir que el agua del Girona pueda desembocar en el mar sin obstáculos y regenerarse.

La solución de Costas no parece, por ahora, muy efectiva. Estos vecinos han relatado que una máquina retroexcavadora abrió hace unos días un canal de un metro de ancho, que poco después volvía a estar taponado por las algas. En la tarde de ayer, otra máquina retiraba de nuevo algas para que el agua estancada en la desembocadura fluyera. Sin embargo, tampoco parecía surtir mucho efecto. Los vecinos indicaron a este diario que la única acción que sí funcionaría sería la de romper ese "dique" de grava que obstruye la salida al mar del río. Hace algunos meses los residentes ya alertaron de que los temporales del invierno habían arrastrado a la desembocadura del Girona gran cantidad de grava, con la que Costas recuperó la desaparecida playa de l'Almadrava de Els Poblets.

Légamo y espuma blanca

A la larga, ese "dique" ha impedido que se renueve el agua. Los vecinos están alarmados por la contínua aparición de cientos de peces muertos. Desde las casas y urbanizaciones que se asoman sólo puede contemplarse un panorama desolador. Además, la lámina de agua está cubierta de légamo y de espumilla blanca. Estos días que aprieta el bochorno los residentes se ven obligados a cerrar todas las ventanas para evitar que el hedor se cuele en sus viviendas.

El agua estancada también provoca otro problema: la proliferación de mosquitos. La mayor parte de estos propietarios son familias con niños. Por tanto, si no se soluciona pronto el estancamiento del agua de la desembocadura del Girona, sus vacaciones van camino de convertirse en una auténtica pesadilla.