Dos décadas después y la zona de amortiguación de impactos del parque natural del marjal de Pego-Oliva sigue acumulando suciedad en las inmediaciones de la desembocadura del río Racons, en el término municipal de Dénia. Hace ahora diez años que varios residentes extranjeros de Els Poblets llevaron ante la UE los residuos que se enterraban en lagunas, bancales y desniveles por parte de constructoras.

Si bien esos escombros han dejado de depositarse, lo cierto es que las montañas de neumáticos no se han retirado tras las obras de la circunvalación de la Carretera Nacional 332. En un primer momento sí que se trasladaron las ruedas que un viejo circuito de karts utilizaba para delimitar la pista pero el vertedero de un viejo desguace sigue en pie. Ayer, el concejal de Medio Ambiente de Dénia Juan Collado explicó que como mínimo hace cuatro años que hay abierto un expediente sobre este vertedero altamente contaminante. Collado atribuyó al mal funcionamiento de la Gerencia de Urbanismo, el hecho de que no se hubiera clausurado la parcela con la posterior retirada de las ruedas. Además, Collado es conocedor de los residuos puesto que en el pasado mandato fue edil de aguas, al igual que en la actualidad.

En 1998, este diario fue testigo de la visita de varios concejales hasta esta zona protegida, donde se recogen aguas del marjal y se conducen hasta la depuradora de aguas del mismo río Racons, que suministra a la capital comarcal. En aquel momento, desde el consistorio abogaron por abrir expedientes que se han quedado en el olvido.