I nfraestructuras mal dimensionadas. Ahí radica el problema de la posible contaminación del lecho del río Gorgos en Xàbia. Finalmente, los charcos negros y el rastro de aparente suciedad que ha quedado en el cauce del río no es por la rotura del colector de aguas residuales de Gata. Las aguas negras proceden de la depuradora de Xàbia. Están depuradas, aunque no con el tratamiento terciario, que es el que eliminaría completamente la materia orgánica.

Las lluvias torrenciales de octubre, sobre todo las del día 12, el de la riada, han provocado que el alcantarillado todavía esté absorbiendo el abundante agua que baja de los barrancos. Ese inusitado caudal llega a la depuradora y allí se trata.

Sin embargo, el emisario submarino del Arenal, que es el que expulsa el agua al mar, no tiene suficiente capacidad. De ahí que ahora sea necesario utilizar un aliviadero que permite arrojar el agua de la depuradora al río Gorgos.

Ese agua todavía mantiene materia orgánica. El río, al no bajar ya con caudal, no arrastra este agua hasta el mar. De ahí que se hayan formado esos llamativos charcos de aguas negras y sobre las piedras del cauce del río quede un rastro viscoso y oscuro parecido al chapapote.

Sin embargo, las fuentes municipales consultadas ayer afirmaron que no existe riesgo de contaminación. Incidieron en que el agua está tratada en la depuradora y que si queda ese rastro negro en el lecho del río es porque mantiene algo de materia orgánica.

Estas fuentes admitieron que la estación depuradora de Xàbia todavía no aplica el tratamiento terciario y de ahí que el agua no se pueda considerar totalmente depuradada.

Los charcos de aguas negras se han formado en el tramo final del río Gorgos, entre la zona de Les Sortetes y la desembocadura.

De momento, sigue entrando gran cantidad de agua en la depuradora y pasarán días hasta que se estabilice el caudal. Mientras tanto, al no tener suficiente capacidad el emisario submarino del Arenal, se deberá seguir arrojando el agua ya tratada al cauce del Gorgos.